Desde que Instagram apareció en el año 2010 ha ido evolucionando de manera notable con el objetivo de plantar cara a posibles competidores. Si bien es cierto que al principio había un único tipo de cuenta, la personal; en la actualidad encontramos otras dos. Por lo tanto la cuestión es saber qué modalidad de cuenta es la más adecuada para cada caso.
Hoy en día Instagram pone al alcance de sus usuarios diferentes modalidades de cuenta, cada una con acceso a distintas características y funciones. Por lo tanto, para saber cuál es la que debemos elegir para nuestra situación, vamos a reseñar los principales aspectos de cada una.
Podríamos definirla como el perfil que se aplica por defecto al darnos de alta. Con ella podemos:
En cualquier momento, podemos migrar de un perfil hacia una cuenta comercial. Es ideal para negocios locales, marcas, así como organizaciones y empresas en general.
Conseguirlo es tan fácil como acceder al icono del Perfil, utilizar el menú de la esquina superior derecha, acceder a Configuración y utilizar la opción Cambiar a cuenta profesional.
Lógicamente comparte las funciones básicas pero además incorpora mejoras adicionales:
Ideadas especialmente para personas con notoriedad pública o influencia relevante, artistas o creadores de contenido. Accesible siguiendo la misma ruta que en el caso anterior, pero siempre desde una cuenta profesional, ya que no es posible cambiar a esta modalidad desde un perfil personal. De hecho, hasta hace unos meses era necesario cumplir una serie de requisitos para poder emplearla pero ya está accesible de manera genérica.
Como no podía ser de otra forma, este tipo de cuenta incorpora mejoras respecto a las anteriores. Por ejemplo:
Una vez analizadas las diferencias, está claro que la gran mayoría emplearemos perfiles personales; las empresas o marcas cuentas comerciales y por último, los/las influencers la modalidad de creador. Así de sencillo.
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