Llevas horas preparando una exposición para una charla o exposición, ajustando contenidos, diseño, tiempo de exposición…Además, te han dicho que no hace falta que lleves tu ordenador porque lo tienen todo preparado. Por eso, te marchas llevando la presentación en un pen. Hasta aquí todo ok ¿verdad?
El problema puede surgir al llegar al sitio correspondiente, y encontrarte con que el ordenador no tiene PowerPoint o cuenta con una versión anterior, que no lee la que llevas contigo.
Me podrías decir que, por si las moscas, tú siempre lleva tu archivo almacenado como PDF y de hecho es una posible solución. Pero con este método, los efectos y las transiciones se pierden.
La respuesta es SÍ, alta y clara. PowerPoint incorpora un formato de «presentación portátil» que permite reproducir el archivo sin necesidad de contar con la aplicación.
Para guardar tu trabajo con este formato, accede a Guardar como. A continuación, despliega la lista Guardar como tipo y escoge Presentación con diapositivas de PowerPoint.
Al guardar como Presentación de PowerPoint, el archivo se abre dentro de la aplicación listo para su edición. Si lo almacenas como Presentación con diapositivas de PowerPoint el fichero se ejecuta a pantalla completa de manera directa, sin entrar en el programa.
A nivel de tamaño, no se producen variaciones o en caso de aparecer, no son destacables. Pero dónde si podemos apreciar cambios a primera vista, es en los iconos asociados.
El icono de la izquierda es el clásico, que puede variar ligeramente en función de la versión de PowerPoint. A la derecha, vemos que incorpora una pantalla de presentación y una flecha azul; es decir, se proyecta directamente en la pantalla. Por lo tanto, estamos ante una presentación portátil, lista para mostrarse.
Este tipo de documento, si se abre directamente en PowerPoint, lo hace como un archivo «normal». Es decir, es como si estuviéramos abriendo un PPT o .PPTX editable de la manera habitual 🙂
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