La inteligencia artificial (IA) representa un gran avance, pero no podemos confiar ciegamente en lo que nos propone, o al menos, no todavía. Además, comprobar que se equivoca es muy fácil de demostrar.
Aunque las herramientas y aplicaciones que utilizan inteligencia artificial han avanzado enormemente, aún están lejos de ser infalibles. Los sistemas de IA se basan en datos y algoritmos que pueden contener sesgos, errores o información desactualizada. Confiar incondicionalmente en lo que nos proponen como respuestas puede llevarnos a tomar decisiones inadecuadas o ejecutar acciones inapropiadas en contextos donde la precisión y la actualidad de la información son cruciales.
Además, la IA carece de comprensión contextual y juicio ético humano. Mientras que puede procesar y generar información rápidamente, no posee la capacidad de discernimiento moral o la comprensión de situaciones complejas que las personas han desarrollado a través de la experiencia y la interacción social. Esto puede resultar especialmente problemático en áreas sensibles como la toma de decisiones médicas, legales o financieras, donde las consecuencias de un error pueden ser realmente graves.
Por otro lado, la dependencia excesiva de la inteligencia artificial puede llevarnos a la pérdida de nuestras propias capacidades cognitivas y habilidades de resolución de problemas. Si nos acostumbramos a delegar el pensamiento crítico y la toma de decisiones en sistemas automatizados, corremos el riesgo de perder nuestra capacidad de razonamiento independiente y nuestra adaptabilidad ante situaciones nuevas o imprevistas.
La inteligencia artificial nos puede ayudar en nuestro día a día como un punto de apoyo, una base para no empezar desde cero o generadora de ideas. Y eso está bien siempre que tengamos un conocimiento previo del tema, de esta forma podremos valorar si lo que nos propone como salida es correcto o no.
De hecho para el apartado anterior tome como base el siguiente prompt, muy sencillo, para Claude.AI, y a continuación refiné y adapté el texto para lo que quería transmitir:
Sin embargo, el objetivo de este apartado es demostrar que la inteligencia artificial no es fiable y para muestra, un prompt, en este caso en Gemini, la inteligencia artificial de Google:
En esta ocasión las tres cuentas que da como resultado existen (otras veces, son directamente inventadas), pero basta echar un ojo rápido para comprobar que no se ajustan a lo requerido. Son estas tres:
Por lo tanto, si quieres utilizar la inteligencia artificial de forma efectiva, primero debes conocer el tema sobre el que vas a trabajar y así podrás verificar si lo que te propone te sirve o no. Así de fácil o de complicado!
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