Hace unos días tenía un problema doméstico y dándole vueltas decidí pedir ayuda a mis contactos en Facebook. Pensé que, con tanta gente alrededor, sería más sencillo.
Esta frase no es la que escribí en su momento, pero Facebook debió pensar que sí me hacía falta.
Sin embargo, lo único que hice fue escribir en la aplicación móvil un post simple con el texto:
¿Me podéis recomendar un albañil curioso de Sevilla o alrededores?
Sencillo y directo ¿verdad? No obstante, tras dar a Publicar, Facebook sin preguntar nada más mostró automáticamente en pantalla el mensaje de la siguiente forma:
Si nos fijamos en la imagen, existen varios detalles que ponen en evidencia que Facebook lee y toma en serio lo que escribimos. En particular, destacan por su importancia las palabras recomendaciones y Sevilla. Así que analicemos el mensaje:
En definitiva, está claro que todo lo que escribimos sea público, privado o selectivo pasa por las manos de Facebook.
Acerca del autor